Cuando nos referimos a las personas, es habitual usar en nuestros discursos palabras como «diferente» o «normal«. Pero… ¿qué es lo normal? Según la RAE, normal es aquello «que se halla en su estado natural». Y las personas, por naturaleza, somos direfentes.
Es desconcertante cuando te das cuenta de que algo es extraño en cada uno de los que te rodean: en la calle, en la escuela, en el parque… A menudo te preguntas por qué son tan raras las personas, aunque esas sensaciones se desvanecen cuando llegas a casa y te sientes bien, cómodo y normal entre los tuyos.
A través de esta historia, su protagonista nos invita a a reflexionar sobre los limites entre lo que se considera normal o cotidiano y raro o diferente. La sorpresa ante lo segundo frente a la tranquilidad que nos genera lo primero, ya que es aquello que se encuentra más cerca de lo que conocemos. Sin embargo, como se suele decir, «todo depende del color del cristal con el que se mire». Así como no hay dos personas iguales, no hay dos mismas percepciones. De ahí la importancia de aceptar las particularidades de cada persona. Todos somos direfentes.
Lo normal es ser diferente.
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